viernes, 11 de diciembre de 2009

Sin punto fijo. Reporte final

De esta brevísima investigación me llevo una gran experiencia, tanto en la recopilación del material para su elaboración, así como las enseñanzas de mi profesor, que en verdad agradezco, porque la dinámica que llevamos durante su clase me permitió acercarme de una manera distinta a la historia, no se trataba de leer mil textos, hacer una sucinta reflexión en torno a ellos y ya, lo interesante consistió en hacernos pensar en cómo resolver problemas tan cotidianos sin los instrumentos contemporáneos. La ocasión en que nos hizo intentar trazar un mapa en el piso del salón, ahí me di cuenta de lo difícil que es meter en una superficie redonda, en una plana, que, además, es ovalada. Esa manía por hacer que imagináramos el “extravío en el tiempo y el espacio”; considero que yo habría sido un pésimo marinero en los siglos XV y XVI, porque tengo un terrible sentido de la orientación. Y por primera vez en mi vida supe a grandes rasgos del movimiento del sol, las estrellas y que tenemos dos nortes, uno geográfico y otro magnético.

Por otra parte el texto que en verdad me impactó fue el de Peter Sloterdijk “Mundo de agua”, después de haberlo leído comprendí mejor la ideología imperante en los siglos XV y XVI. Sloterdijk plantea que el pensamiento contemporáneo de esa época realmente tuvo que reestructurarse, puesto que los continentes no son tales, sino que son “contenidos” por miles de millones de cm cúbicos de agua, que la Tierra como tal, era mucho más grade de lo que había propuesto Ptolomeo, pero no tan grande como para ameritar ese nombre; y que finalmente Mercatur logra trazar mapas mucho más precisos para su tiempo. Indagando un poco en el tema me encontré con una curiosa narración acerca de Mercatur, pues bien, en 1538 Mercatur tuvo que trazar un mapa por razones políticas. En Ghent, una próspera ciudad en Flandes, se presentó una situación extraordinaria. Los ciudadanos disfrutaron algunos meses de inusual libertad, rehusándose a pagar impuestos al imperio. Mucha gente desafió abiertamente la doctrina católica. Cuando supieron de la llegada de Carlos V el siguiente año en Ghent, lugar en que el emperador había nacido, los habitantes de ese lugar idearon un plan para ofrecer disculpas al rey; así, algunos mercaderes de Ghent contactaron a Mercatur y le pidieron que iniciara la elaboración de un nuevo mapa de Flandes que mostrara claramente que Ghent se había mantenido leal a Carlos V[1].

Mercatur es uno de los cartógrafos más conocidos, sin embargo, existieron otros también muy importantes, entre ellos Franciscus Monachus, el cual trazaba sus mapas basado en reportes de los exploradores, usando cuidadosamente las dimensiones, fue conocido como un hombre que cambió la concepción del conocimiento. Para Monachus, algunas de las ideas de los antiguos griegos no podían ser sostenidas y encontró argumentos para refutar al filósofo Aristóteles y al geógrafo Ptolomeo.[2]

Retomando a Slotedijk, mi investigación abordó el tema de la ruta de Vasco da Gama, porque me pareció interesante su planteamiento en el que nos dice que el comercio a escala global no es algo tan reciente como pudiéramos sospechar o como nos lo vende la ideología contemporánea, es algo más lejano, es un fenómeno que viene de centurias atrás, es un proceso que se viene gestando desde la primera edad media, con el intercambio comercial, cultural e ideológico intercontinental –Europa-Asia-África. Sin embargo, esto fue el inicio de una vorágine imparable llamada capitalismo, que se hace patente al ir incursionando en los mares del mundo, al ir explorando nuevas tierras, al ir encontrando nuevas formas de explotación y saqueamiento, aquí da inicio “la transformación de las mentalidades y prácticas europeas, en un generalizado comerciar o actuar con riesgo, de donde surge la sorprendente, casi misteriosamente exitosa, fuerza ofensiva de las primeras generaciones de descubridores”[3], liderando Portugal y España.

Por otra parte, es en este tipo de observaciones en donde podemos notar la importancia estratégica que tienen los mapas en las áreas económicas, políticas, militares y de dominio sobre otras naciones, tan así es, que el Museo Nacional de la Cartografía está bajo el patrocinio de la Secretaría de la Defensa Nacional, por ejemplo; o bien que algunas de las piezas que tienen en exposición fueron obsequiadas por la CIA, y así por el estilo, simplemente para Portugal era un tema de seguridad de Estado, en donde a quien se le sorprendiera intentando vender las cartas marítimas o los mapas de navegación eran condenados a la pena capital.
[1] Heinrichs Anna: Mercatur, Gerardus, Father of Moder Mapmaking, Minneapolis, MN: Compas Point Books, 2008, p 55. http://books.google.com.mx/books?id=TOsfIrczs20C&printsec=frontcover&dq=Gerardus+Mercator&ei=uBohS7OUC4GUMqabze4I&client=firefox-a&cd=2#v=onepage&q=&f=false
[2] Ibídem p.40
[3] Peter Sloterdijk: “Comerciar con riesgo” en: En el mundo interior del capital. Para una teoría filosófica de la globalización, Barcelona: Siruela p.71

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